Un dolor que parecía eterno
Blog Personal Las Letras de Carrito
Hace un tiempo experimenté por primera vez lo que yo llamo un dolor que parecía eterno. Siempre vemos personas en nuestro entorno que tienen rupturas amorosas, se sienten tristes, están llenas de mala energía, han sufrido una gran pérdida, se consideran en depresión todo el tiempo y hasta llegan a pensar que la vida no tiene sentido. Hay muchas formas de enfrentar un corazón roto o nos echamos a la pena o nos levantamos y lo reparamos. Siempre vi a estas personas en mi entorno, pero nunca entendí que era eso pues siempre tuve a alguien a mi lado y no había experimentado lo que era la soledad, y no me refiero a la soledad de estar soltero si no la soledad que experimentas cuando te encuentras contigo mismo, ese ser que estaba abandonado porque yo estaba con alguien más y me descuide a mí, la persona más importante.
Cuando me llegó la hora de enfrentar este dolor que parecía eterno me hacía preguntas todos los días como: ¿por qué a mi Dios mío?, ¿qué hice mal?, ¿qué estoy pagando?, ¿no soy suficiente, qué pasa? En mi mente solo cabían pensamientos negativos, analizaba la situación una y otra vez y así pasaban días. Sabía que estaba mal lo que hacía, así que intenté hacer mil cosas para distraer mi mente, realicé un par de cursos, leí libros, salía con amigos, trabajaba duro, pero los pensamientos seguían ahí. Recuerdos y recuerdos solo había recuerdos en mi mente y en cada cosa que hacía, ya no escuchaba a los demás a pesar de que todos tenían razón.
Con el tiempo me di cuenta que ese dolor que sentía en mi interior fue creciendo más y más porque cada día hacía un descubrimiento diferente y un día ya no quise saber más, ya no quise que me doliera más y mis circunstancias no ayudaban en lo absoluto; sabía que algo debía cambiar, pero no sabía que era, pero ya después lo entendí todo.
